La mina de A Penouta, Viana do Bolo, Galicia, es la única mina de coltán en toda Europa, y una de las pocas fuera de los límites territoriales de la República Democrática del Congo, que atesora el 80% de los yacimientos mundiales del ‘oro negro’. Aunque la actividad en Viana do Bolo es tan solo desde 2018, el impacto en el continente ha sido más que considerable: según la empresa encargada de la extracción, Strategic Minerals, la mina de A Penouta alcanzó las 209 toneladas de coltán durante el tercer trimestre de 2023. Y, por ahora, esos son los últimos datos disponibles después de que el Tribunal Superior de Justicia de Galicia decidiera el cese de la actividad el pasado mes de octubre por graves daños contra el ecosistema de la zona.
Según el mismo Tribunal, la decisión tomada hace unos meses se debió a que, ante „la mera posibilidad de que se produzca un daño irreparable o de muy difícil reparación, debe prevalecer la suspensión de la ejecución de la actividad que puede producir ese riesgo, al ser prevalente el interés general de mantener indemnes esos espacios públicos”. Desde octubre, A Panouta ha bajado la persiana, pero será en las próximas semanas cuando el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ratifique o no la sentencia.
Mientras tanto, Europa ha vuelto la vista al continente africano en busca del preciado ‘oro negro’, imprescindible en la fabricación de aparatos electrónicos como teléfonos móviles y ordenadores portátiles. Si bien, el Congo es el país con mayores reservas de este mineral, son los conflictos del país y su nivel de pobreza lo que provoca la desconfianza internacional. Incluso el CSIC ha señalado en alguna ocasión „el hecho de que su obtención esté vinculada a zonas con explotación infantil y conflictos bélicos”, por lo que resulta „esencial lograr una alternativa que permita obtener estos minerales en zonas libres de conflictos”. Difícil tarea cuando el monopolio es al 80% congoleño, otro 10% australiano y otro 10% restante repartido entre Tailandia, Brasil y pequeños yacimientos como el de Viana do Bolo.
La demanda de Ecoloxistas en Acción
En 2018, la mina de A Panouta cambio la extracción de estaño (la mezcla de columbo más tantalita) dominada durante años por Rumasa, por el coltán, convirtiéndose en la primera mina de toda Europa y una alternativa de mercado mucho más sólida y fiable. Su escasez es lo que ha provocado que se le conozca con el sobre nombre del ‘oro negro’, en referencia al valor similar al del ‘dorado’ y a su oscuro color. El uso de coltán en occidente se relaciona con la fabricación de casi cualquier artilugio tecnológico, e incluso con ciertas armas militares, de ahí su importancia y gran demanda en Europa.
Tras Rumasa, Strategic Minerals, que cotiza en la bosa de Canadá, se hizo cargo del yacimiento al descubrir las posibilidades de la extracción de los 50 millones de toneladas de material explotable, cifra estimada según la propia compañía mineral. La inversión de los últimos 6 años ha repercutido en un ritmo de extracción del 60%-70% a la capacidad de la mina. Aun así, durante el tercer trimestre de 2023, en la mina de A Penouta se extrajeron 209 toneladas, mientras que solo en el pasado mes de julio se alcanzaron las 96 toneladas.
Sin embargo, el TSJG ha paralizado las nuevas inversiones de Strategic Minerals, quien guarda el derecho de explotación por otros 24 años más de las 6 cuadrículas mineras que conforman el yacimiento. Una actividad que, para el grupo Ecologistas en Acción, tiene graves consecuencias medioambientales en el entorno de Pena Trevinca, la cubre más alta del macizo Galaico-leonés y alrededor de 25.000 hectáreas entorno considerado como espacio protegido. Aunque, además, los demandantes también aseguraron „la presencia la presencia de arsénico en una de las captaciones de agua próximas a la mina debido a la actividad en la zona minera”.
Aunque, además, los demandantes también aseguraron „la presencia de arsénico en una de las captaciones de agua próximas a la mina debido a la actividad en la zona minera”, a lo que la compañía canadiense defendió su inocencia ante „actos que no son de la empresa […] y sin aportar los documentos que acrediten dicho resultados”.
Si bien la mina de A Penouta lleva clausurada más de 7 meses, será a finales de este mes de mayo cuando el TSJG emita su sentencia definitiva sobre su futuro. Es de esperar que, de no darse el veredicto favorable para Strategic Minerals, la compañía minera intente por vía legal la reapertura del yacimiento.