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El ‘arancel universal’, la medida estrella de Trump que amenaza con cambiar el comercio mundial para siempre

A pesar de la distancia temporal, la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca por un segundo mandato está más cerca que nunca. El magnate ha arrasado en New Hampshire y, una vez ganado en uno de los estados más progresistas del país, tras su triunfo en Iowa se convierte en el primer aspirante republicano en ganar en estos dos estados. Solo la justicia parece capaz de evitar la nominación y la revancha contra Biden, pues las 92 causas pendientes podrían expulsarlo de la carrera.

Ahora los mercados y los economistas están especialmente atentos a un posible cambio en el Despacho Oval, pues su llegada puede suponer un cambio de paradigma que sacuda tanto la economía de EEUU como al comercio mundial de todo el mundo en un punto crítico. La atención es máxima en su medida estrella, uno de los ejes de toda su campaña desde el punto de vista económico: un arancel universal al 10% que actuaría como „un anillo protector” para la industria y economía del país, según explicó el expresidente en verano y ha venido repitiendo en los últimos meses, convirtiendo ese ‘anillo’ en una de las figuras clave de su campaña.

Las guerras comerciales fueron una constante en el primer mandato de Trump, que utilizó los aranceles para negociar acuerdos bilaterales con distintos países y, por el camino, proteger a la industria local. Sin embargo, su nueva propuesta de un arancel universal del 10% amenaza a un comercio cuyas cadenas de suministro se vuelven a encontrar fuertemente tensionadas por la geopolítica, con ataques de los rebeldes Hutíes en el Mar Rojo elevando los precios de los fletes. Por otro lado, diversos expertos y analistas están avisando del potente impacto que puede tener para la economía de EEUU esta medida, que podría llevar el país a la recesión con un potente golpe en su PIB.

La primera vez en proponerlo fue durante una entrevista en la Fox, aunque con el paso de los meses se ha convertido en la medida estrella de su plan económico. „Propongo un arancel automático del 10% a todos los bienes importados a Estados Unidos desde otros países. El presidente defendió que ese dinero que entraría vía aranceles „es una cantidad enorme que podría servir para aligerar la deuda”.

Los expertos de Rabobank han sido los últimos en salir al paso del efecto que esta medida podía tener. Hace apenas dos días Michael Every, estratega del banco neerlandés explicó en su última nota a los clientes que está puesta en marcha „sacudiría por completo toda clase de activos„. El experto explica que no es tanto el golpe directo que este arancel tendría, sino las implicaciones que tiene una aplicación universal del mismo ya que, a diferencia de los que emprendió en su primer mandato, este supone „romper estructuralmente todo el sistema global de comercio”.

Paul Krugman, premio Nobel de Economía, coincide con esta tesis y ha hablado en su cuenta de Twitter sobre el impacto de esta medida explicaba que „perjudicaría claramente a la economía, aunque menos de lo que esperan muchos analistas”. El experto explica que en épocas con aranceles del 40% durante el siglo XIX, apenas había un impacto del 1% para el PIB. En ese sentido anticipa que, en términos de impacto inicial directo, sobre el papel equivaldría „a una fracción muy pequeña, pero lo importante es que supondría el fin de inmediato de todos los acuerdos comerciales recíprocos en vigor”. Este cambio de paradigma derivaría en un golpe mayor para la economía mundial y la de EEUU.

Por su parte, Every señala que esto sería una puerta a lo desconocido para los bonos y las acciones, aunque reconoce que las consecuencias serían desconocidas y „caóticas”. Aunque lo que tiene claro es que supondría un movimiento sin precedentes para las divisas de todo el mundo, con el dólar revalorizando ante una economía más cerrada. Además de, a largo plazo, golpear a la actividad económica ralentizandola.

El golpe al PIB

Respecto al impacto puro y duro hay fuertes divergencias entre los analistas. A pesar de que todos coinciden en que supondrá un impacto negativo para el desarrollo económico a cambio de fomentar la industria local, el potencial ‘golpe’ varía de forma clara. Según la Tax Foundation, este arancel universal supondría un deterioro del 1,1% del PIB de Estados Unidos, mientras que los socios comerciales más pequeños y dependientes de EEUU como Estonia, Irlanda, Letonia y Bulgaria „sufrirían mucho más”.

En cualquier caso esto es solo si el mundo decide no responder a EEUU con nuevos aranceles, de suceder el impacto sería mucho más profundo y, en caso de ocurrir la Universidad de Indiana cree que el golpe en el PIB de EEUU escalaría hasta el 2,8%. „Una arancel generalizado sobre bienes extranjeros traería represalias y socavaría las potentes exportaciones de EEUU de 2,1 billones de dólares” explican desde Tax Foundation. Además, coinciden en que supondría „una amenaza para todo el sistema de comercio global que existe actualmente”.

„La producción manufacturera nacional aumentaría aunque tendría amplias consecuencias para el bienestar de los consumidores”

Desde American Forum son más optimistas y hablan de un golpe del 0,16% del PIB „en el improbable escenario de que no haya represalias”, mientras que en caso de una respuesta este golpe se extendería hasta el 0,31%. „Tendría un impacto sustancialmente negativo” explica Tom Lee, analista de la firma. Según Lee, basándose en el impacto de anteriores aranceles, espera que las exportaciones de EEUU caigan un 13,1% debido a esta gravamen, es decir, que la balanza comercial de EEUU pierda un 291.600 millones de dólares. Sin embargo, el experto matiza que „la producción manufacturera nacional aumentaría, aunque tendría amplias consecuencias para el bienestar de los consumidores”, que podrían encontrarse con precios más altos.

Estados Unidos bajo el mandato de Trump impuso a China cerca de 80.000 millones de dólares en distintos productos en un conflicto comercial que se extiende hasta día de hoy, pues estos se han mantenido. Estas tarifas eran de hasta el 45% en muchos casos, impidiendo por completo a las empresas de este país competir en suelo norteamericano frente a sus pares. Al margen del gigante asiático, Trump lanzó una serie de aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, sobre casi todos. Destaca el caso de la UE, donde las ayudas estatales a Boeing y Airbus derivaron en una sucesión de aranceles enfrentados entre diversos productos de ambas regiones.

Los expertos de Commerzbank explican que Europa debe prepararse tras la victoria de New Hampshire para que esta guerra comercial vuelva con los aranceles universales. „Es muy probable que provoque el resurgimiento de las disputas comerciales entre ambos socios”. Aunque matiza que no ha habido un giro radical con Biden por lo que esto más que un cambio de rumbo supondría „una aceleración de las tendencias que ya existen”. En cualquier caso, el banco alemán de por hecho que solo Biden podría evitar este retorno dado que „creemos que una condena probablemente le permita asumir el cargo” y apuestan por un duelo en todo lo alto y con un ganador por la mínima.

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