El Fondo Monetario Internacional ha publicado su informe trimestral de perspectivas económicas, un documento en el que, entre otras cosas, destaca los peligros que percibe para la economía mundial. En esta ocasión el FMI ha señalado a la fortaleza del dólar estadounidense como un peligro potencial para el resto del mundo, por el daño que puede generar en el crecimiento potencial de otras economías: si los tipos en EEUU no bajan, esto fortalece al dólar, y fuerza a otros bancos centrales a mantener los tipos altos para evitar que su divisa se hunda y esto les genere todavía más inflación. De ahí que la política monetaria de la Fed sea tan importante, y funcione como una guía para el resto de bancos centrales del planeta.
El aviso del FMI sobre los peligros que amenazan ahora a la economía mundial se ilustra muy bien con la famosa frase del expresidente del Bundesbank, Karl Otto Pöhl: „La inflación es como la pasta de dientes: una vez está fuera del tubo, es casi imposible volver a introducirla”. Cuando los precios se disparan en una economía, hay varios elementos que pueden terminar generando una espiral inflacionista de la que es muy complicado salir. Uno de ellos es del que está avisando en este momento el FMI, y tiene al dólar estadounidense como protagonista.
„El aumento de la inflación en Estados Unidos durante el primer trimestre de este año ha retrasado la normalización de la política monetaria”, explica el FMI en su informe. „Esto ha hecho que haya otras economías desarrolladas, como la eurozona y Canadá, donde la inflación está enfriándose más rápido, por delante de Estados Unidos en el ciclo de bajadas de tipos„, explica. Al mismo tiempo „varios bancos centrales de economías emergentes siguen siendo cautas de cara a bajar tipos por los riesgos externos que generan los diferenciales de tipos, asociados con la depreciación de sus divisas”, indica el FMI.
La relación entre el dólar fuerte y la inflación en los países que usan otras divisas es clara. Cuando una moneda se deprecia mucho frente a otra, se encarece el precio de las importaciones de bienes en esas divisas. En el caso del dólar es especialmente flagrante, ya que la mayor parte de materias primas se comercian en dólares, aunque se compren y vendan entre dos países que utilizan otras divisas. Esta es una fuente de demanda externa del dólar que ayuda a mantener a la moneda estadounidense como la principal divisa de reserva internacional.
Además, las exportaciones del país en el que la divisa se deprecia suelen aumentar en volumen por este mismo efecto divisa, y esto se convierte en otra fuente de presión inflacionista para la economía exportadora. Todo lo anterior explica por qué para el BCE puede ser complicado en el futuro seguir bajando los tipos de interés si la Fed no comienza a hacerlo próximamente: el euro corre el riesgo de depreciarse tanto que vuelva a generar presiones inflacionistas, y un descenso del consumo que puede hacer que la amenaza de la estanflación se haga realidad.
„El riesgo de una inflación elevada ha aumentado la probabilidad de que haya tipos más altos durante más tiempo, algo que, a su vez, genera más riesgos externos, fiscales y financieros”, explica el FMI. No hay que olvidar que los tipos altos endurecen las condiciones financieras para los hogares y las empresas, encareciendo el crédito, lo que también puede contribuir a frenar el crecimiento de una economía. Además, „la apreciación prolongada del dólar puede generar disrupciones en los flujos de capital e impedir bajadas de tipos”, recuerda el FMI, e insiste en que „los tipos altos afectan a la estabilidad financiera”.
Desde que la divisa estadounidense tocó mínimos en 2011 frente a sus principales cruces, su cotización ha entrado en una tendencia de subidas casi constantes. Salvo algunos años excepcionales, el índice dólar que pondera Bloomberg (recoge los 10 principales cruces de la divisa estadounidense en el mercado) se ha encarecido en los últimos años, con una revalorización del 37% desde los mínimos de 2011.
El peligro de las elecciones estadounidenses
El cóctel inflación, tipos altos y dólar es ahora un riesgo que, para el FMI, no se debe pasar por alto y más si se tiene en cuenta que hay otros elementos, al margen de la política monetaria, que pueden contribuir a generar más presiones inflacionistas en el dólar estadounidense. Las elecciones en Estados Unidos es uno de ellos, y muchos expertos recuerdan la posibilidad de que el euro se deprecie todavía más frente al dólar como resultado de los comicios del próximo noviembre. „Una posible guerra comercial tras las elecciones puede depreciar al euro todavía más”, explican desde Bank of America, aunque no creen que las caídas vayan a ser tan fuertes como para llevar a la divisa europea a la paridad con el dólar.
Desde Lombard Odier coinciden al señalar el peligro de mayores subidas para la moneda americana, y los relacionan con el entorno de alta incertidumbre geopolítica que existe en este momento. „Un periodo de riesgos políticos elevados, culminando en las elecciones de noviembre en Estados Unidos, amenaza con provocar volatilidad en los mercados. Los periodos de incertidumbre son una ventaja para el dólar, que tiende a ganar terreno a medida que los inversores buscan refugios seguros. Actualmente las posiciones de los inversores en dólar son bajas, pero esperamos que aumenten a medida que se acerque la carrera presidencial en EEUU y debido al riesgo político en Europa. Esto debería impulsar al dólar, especialmente contra el euro y la libra esterlina”, explica el banco.
También recuerda cómo „en el caso de una segunda presidencia de Trump –que parece cada vez más probable– vemos un entorno más inflacionario y ganancias para el dólar de varias fuentes potenciales. La primera sería la imposición de aranceles a todas las importaciones estadounidenses, colocando a los socios comerciales en desventaja competitiva y debilitando las monedas exportadoras. Estimamos que aranceles del 10% podrían aumentar la inflación en un mínimo de 1% durante el transcurso de un año, reduciendo el margen para recortes de tasas de interés en 2025″, indica Lombard Odier.
El propio FMI también incluye un comentario sobre el impacto de las elecciones estadounidense en su informe de perspectivas económicas, y apunta en la misma dirección: „El potencial de que haya cambios significativos en la política económica como resultado de las elecciones de este año, que puede tener efectos negativos en el resto del mundo, ha aumentado la incertidumbre sobre esta cuestión”, explica el FMI, y recuerda cómo „los aranceles al comercio pueden contagiar al resto del mundo y generar una ola de respuestas, lo que resultará en una carrera costosa hacia abajo”, señala el Fondo. Si se suma esto al peligro de un dólar que sigue revalorizándose, el peligro de que la inflación vuelva a repuntar cobra cada vez más peso.