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¿Cuándo ocurrirá el ‘Big One’? El terremoto que amenaza con destruir la economía de Estados Unidos

En 1906 un gran terremoto de magnitud 7,9 sacudió la ciudad San Francisco y acabó con la vida de más de 10.000 personas (una estimación ya que no existen datos oficiales). Episodio similar al del año 1994 cuando un movimiento sísmico de magnitud 6.4 afectó a la ciudad de Los Ángeles, donde murieron 59 personas y causó daños por valor de 25.700 millones de dólares entre edificios residenciales derruidos, autopistas, puentes, zonas comerciales, edificios públicos…

La situación geográfica de esa zona del oeste de Estados Unidos hace a California objeto permanente de alertas de terremotos debido a la gran falla continental, San Andrés, que discurre a lo largo de 1.200 km por el estado. Una orografía que establece el límite tectónico entre dos placas: la placa de Norteamérica y la del Pacífico. Su actividad es constante hasta tal punto que los sismólogos ya han avisado de la probabilidad de que suceda un ‘megaterromoto’ o, como ellos lo llaman, el ‘Big One’.

La falla de San Andrés es una de las zonas tectónicas más peligrosas del mundo y de producirse un gran terremoto las consecuencias serían devastadoras. Aunque a lo largo de la historia ha habido momentos sísmicos de alta actividad, lo que se espera con el ‘Big One’ es algo mucho mayor. Incluso el Servicio Geológico de Estados Unidos ha podido estimar la fecha exacta del fenómeno, en una alerta por salvaguardar el mayor número de vidas posibles y minimizar daños económicos.

No obstante, la población de Los Ángeles y San Francisco, acostumbrada a pequeños movimientos sísmicos, se encuentra prepara ante las advertencias de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, quien recomienda a cada habitante la elaboración de un kit de emergencias permanente con algo de comida no perecedera, agua, ropa, documentos como el pasaporte, linterna y algunos objetos básicos de supervivencia.

Las fallas de Hayward y Newport-Inglewood muy próximas

Se trata de estimaciones, pero, según geólogos, sismólogos y expertos en la materia, ocurre un ‘Big One’ cada 150 años, por lo que, tras el gran terremoto de San Francisco, podría ocurrir otro desastre en los próximos 30 años. La magnitud de este es, de momento, incalculable, aunque bien podría alcanzar el nivel 9 en la escaña de Richter.

Las consecuencias podrían agravarse aún más si además de la falla de San Andrés se activan también otras cercanas como la de Hayward en la Bahía de San Francisco y la de Newport-Inglewood en el sur de California. En este punto, el Servicio Sismológico Nacional apunta a que la falla de Hayward tiene un 31,7% de probabilidades de ser epicentro también de un gran terremoto.

El riesgo en la región es extremo y la alerta también se extiende a nivel global. Aunque el epicentro del terremoto sería Estados Unidos este podría llegar a sentirse en partes de América Latina, especialmente México, Centroamérica y a la costa oeste del sur del continente, así como la posibilidad de producir un gran tsunami posterior que afectaría a la costa este de Asia como Japón.

Así, el impacto del ‘Big One’ se traduciría en millones de pérdidas económicas y podría destruir más de 17.000 edificaciones. Entre las urbes más afectadas: Los Ángeles, dada su densidad poblacional y su cercanía a la falla de San Andrés, San Francisco (con un gran historial sísmico) y San Diego, que a pesar de su ubicación más al sur del estado de California también podría verse gravemente afectada

Más de 82.000 millones en pérdidas

El saldo catastrófico para el estado de California podría llegar a ser de 17.000 edificaciones destruidas, aunque la Autoridad de Terremotos de California y el Servicio Geológico de Estados Unidos elevan la cifra a 50.000 solo en el país, sin contar los daños ocasionados en el resto de los países afectados.

Los expertos hablan de un escenario caótico ante la cantidad de grandes poblaciones a lo largo de la Bahía de San Francisco y de un ‘efecto dominó’ que, ante el corte de servicios básicos, aumentaría de manera significativa las pérdidas humanas y los daños materiales. La USGS plantea la posibilidad de grandes cortes de agua en consecuencia que podrían tardar hasta más de 6 meses en restablecerse, de la misma manera que la luz o el gas.

De otro lado, es más que probable que el terremoto causa otros fenómenos como grandes incendios que reducirían a cenizas edificios residenciales y públicos e infraestructuras en general. Es por eso por lo que el organismo oficial de Estados Unidos cifra en más de 50.000 las viviendas afectadas por el ‘Big One’.

Con todo, la estimación de pérdidas en millones de dólares superaría ampliamente los 80.000 millones, a los que habría que añadir otros 30.000 millones derivados de las pérdidas humanas.

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