Bruselas quiere proteger la economía de la UE de riesgos potenciales al tiempo que preserva la apertura económica en el plano comercial y el dinamismo de las inversiones. Tal ambición es nueva, sino que se ha venido gestando ante el cambiante escenario geopolítico. La Comisión Europea ha presentado este miércoles un paquete de medidas con el que plantea reforzar aumentar el control de las inversiones comunitarias en terceros países, sobre todo las relativas a tecnologías avanzadas y de doble uso, es decir, con fines civiles y militares.
El paquete presentado este miércoles se centra en tres pilares: busca impulsar la competitividad de la UE, protegerla de riesgos y establecer alianzas con el máximo número posible de países para garantizar los intereses de la seguridad económica. El paquete plantea aumentar el control sobre las inversiones extranjeras, también las que se realizan a través de filiales con sede en el bloque, como avanzó elEconomista.es. En la misma línea propone, además, fomentar una mayor coordinación entre Estados miembro estos controles a las exportaciones, de competencia nacional. Por otro lado, abre la puerta a un análisis más exhaustivo de los riesgos de las inversiones de la UE a terceros países en especial sobre ciertas tecnologías. Además, abre la puerta a mejorar la seguridad en investigación y desarrollo de ciertas tecnologías de doble uso (civil y militar) y potenciar la investigación en seguridad a nivel nacional y sectorial.
Considerando que el bloque comunitario es uno de los principales inversores en el mundo, tal y como ha explicado el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, la propuesta de Bruselas pasa por aumentar el control a las inversiones de la UE en otros mercados. La medida se aplicaría especialmente a ciertas tecnologías y tiene su raíz, entre otros motivos, en las tensiones que han surgido con China en los últimos años. Pero también por la amenaza que supone que terceros países puedan utilizar esta tecnología para fines militares. Algo que, actualmente, no está sometido ni a supervisión ni desde Bruselas ni desde las autoridades nacionales.
Ya no es solo que el gigante asiático acoja parte de la producción de empresas europeas que fabrican su tecnología en territorio chino, sino que se refiere a que la UE denunció ante la Organización Mundial del Comercio la falta de protección de las patentes tecnológicas europeas en este mercado asiático. Por ello, el pasado octubre Bruselas determinó cuatro tecnologías que corren riesgo de ser utilizadas indebidamente por regímenes autocráticos: microchips de última generación, los sistemas de inteligencia artificial, la computación cuántica y la ingeniería genética.
La Comisión Europea propone un análisis pormenorizado de las inversiones de la UE en terceros países para comprender los riesgos potenciales. Despues de este escrutinio el Ejecutivo comunitario determinará, junto con los Estados miembros, si se justifica una respuesta política y cuál sería. Tal análisis incluirá una consulta de tres meses a las partes implicadas y una evaluación de doce meses de las inversiones nacionales, que culminarán con la elaboración de un informe de evaluación de riesgos.
La Comisión Europea también ha planteado en su propuesta reforzar el control sobre las tecnologías de doble uso. Este punto que se ha vuelto crucial tras la invasión militar rusa de Ucrania y las sanciones de la UE que han vetado la exportación a Moscú de ciertas tecnologías que podrían utilizarse también con fines militares. Bruselas plantea introducir controles a corto y medio plazo que sean comunes a todos los países de la UE y sobre productos que no se han incluido aún sobre el control de las exportaciones, como componentes electrónicos, toxinas o tecnologías nucleares o misiles.
„En las últimas décadas la Unión Europea ha obtenido grandes beneficios de ser una potencia exportadora y comercial. Tenemos un comercio muy amplio, invertimos mucho en el extranjero y mantenemos nuestros mercados abiertos a inversores extranjeros. La apertura es nuestra fuerza”, ha asegurad Dombrovskis para poner de relieve que la „UE es principal actor de comercio mundial” y que exporta más de 3,1 billones de bienes y servicios importa más de 2,8 billones.
Más control sobre las inversiones extranjeras en la UE
La otra pata de la propuesta plantea que las inversiones extranjeras en el espacio comunitario podrían presentar riesgos para la seguridad comunitaria. El control sobre las inversiones extranjeras que se empezó a aplicar en 2020 es competencia exclusiva de los países, sin embargo, hay ciertos Estados miembro que no aplican escrutinio alguno, según han aclarado fuentes comunitarias.
Es así que la Comisión Europea propone mejorar el sistema de control sobre inversiones extranjeras con la adopción de mecanismos de evaluación con normas armonizadas entre todos los países de la UE, identificar sectores donde se refuerzan los controles y mejorar el análisis aplicado a aquellas inversiones en manos de particulares o de empresas procedan de países de fuera de la UE.
„En los últimos años hemos aprendido los riesgos de una dependencia excesiva”, ha contextualizado el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. Motivo por el que plantea revistar el reglamento de inversiones extranjeras directas, con el foco en abordar deficiencias. Con ello se pretende asegurar „que todos los Estados miembro tienen mecanismos de control” y un „ámbito sectorial mínimo en el que vigilar las inversiones extranjeras”, ha aclarado el comisario letón.
Investigación y desarrollo de nuevas tecnologías
La propuesta del Ejecutivo comunitario plantea además medidas para potenciar el apoyo a la investigación y desarrollo de tecnologías con uso dual, lo que contribuiría a que la UE mantuviera su competencia en el desarrollo de tecnologías de uso civil y para defensa.
„Nos centramos en organismos de investigación con sede fuera de la UE o que tienen sede en la UE, pero son controlados desde fuera”, ha especificado Vestager. Afecta a todos los riesgos derivados de la injerencia extranjera en investigación e innovación como transferencias de conocimiento y tecnología crítico que podrían afectar a seguridad europea si se utilizaran con fines militares por terceros países.
„En 2022 hubo periodistas de investigación que encontraron 3.000 colaboraciones científicas de universidades de la Unión Europea con institutos chinos desde el año 2000. Puede que no sea ilegal, pero deberíamos preguntarnos si es deseable”, ha indicado la comisaria danesa para pedir que se realicen evaluaciones de riesgo del perfil del país, como derechos humanos o el nivel de libertad académica. Para apoyarles la Comisión Europea creará un centro de riesgos para la seguridad de la investigación, una suerte de ventanilla única para los Estados miembro y los centros de investigación, según Vestager.
Otro punto en el que ha puesto el foco Bruselas es en la creciente tensión geopolítica, que abre la puerta a riesgos potenciales como que se utilice con fines militares la cooperación abierta en investigación e innovación. Por ello, la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa una propuesta de Recomendación del Consejo para que la investigación abierta sea también segura. El planteamiento general sigue el principio: „tan abierto como sea posible, tan cerrado como sea necesario”.
„Se excluye la cooperación con organismos con sede en China para las acciones de innovación y para todos los organismos de Rusia y Bielorrusia”, ha indicado Vestager algunos de los ejemplos incluidos en el paquete.